jueves, 30 de septiembre de 2010

EL ESTETOSCOPIO


Desde hace siglos, los médicos escuchan los latidos del corazón para detectar los síntomas de las enfermedades, por eso el médico tenía poe costumbre pegar el oído a la caja torácica del enfermo. Debido a la extrema corpulencia de una de sus pacientes, el médico francés René Laennec no conseguía oír nada, de modo que enrolló una hoja de papel en forma de tubo, inventando así el estetoscopio, un aparato que ha pasado a ser el emblema de todo el cuerpo médico. Laennec no se olvidó del tubo de papel enrollado, sino que siguió trabajando durante los años posteriores hasta desarrollar, en 1.826, un estetoscopio en toda regla.

EL VUELO LUNAR DE JULIO VERNE


Julio Verne es mundialmente famoso como autor de libros de aventuras. sin embargo, pocos saben que con ellos estaba dando prueba de sus facultades visionarias. Así, la astronave de su novela, despegaba de la costa de Florida rumbo al espacio, de la misma forma que años más tarde habrían de hacerlo en realidad las naves de la N A S A. El tiempo de vuelo de su nave espacial quedaba registrado en 73 horas y 13 minutos y, curiosamente, el Apolo XI llegaba a la luna en 73 horas y 10 minutos.

MUSEO DEL LOUVRE

LA VENUS DE MILO

Quién no se ha preguntado alguna vez adónde han ido a parar los brazos de la Venus de Milo, la estatua más famosa del mundo, que en la actualidad se puede contemplar en el Louvre. Lo cierto es que de hecho existieron, pero se perdieron debido a la codicia humana - lo que supuso una catástrofe para el arte, sin duda -.
En 1.820, tanto los franceses como los turcos querían apropiarse de la famosa estatua, así que se desató una batalla entre ambas partes. Entretanto, los griegos condujeron la estatua mar adentro en un pequeño bote y, debido a la confusión que originó el apresurado embarque, los brazos de la Venus de Milo se rompieron y se hundieron en el mar para siempre. los franceses fueron los primeros en alcanzar el bote con la estatua ya sin brazos, tras lo cual se la llevaron a París.
Gracias al campesino griego que durante años aseguró haber sido el primero en descubrirla podemos hacernos una idea de la posición de sus brazos: con la mano derecha recogía el vestido y en la mano izquierda sostenía una manzana.