Rimbaud, Baudelaire, Verlaine y Van Gogh eran los que más apreciaban este licor y se dejaban seducir por esta planta, a la que llamaban "hada verde". No sabían que su uso prolongado engendra un proceso de degeneración del sistema nervioso irreversible (el absintismo). De hecho el poeta Verlaine murió envenenado por esta planta y hoy la absenta es una bebida que está prohibida en muchos países porque crea hábito.
Uno de sus componentes, la absintina, de reconocidos efectos narcóticos y afrodisíacos, es lo que hizo que el pintor Van Gogh, al parecer, fuera otra víctima de su consumo, era un bebedor empedernido de ajenjo.
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