Un día de 1.887, el inventor y veterinario escocés afincado en Irlanda John Boyd Dunlop (1.840-1.912) oyó quejarse una vez más a su hijo de nueve años del molesto traqueteo de su triciclo, equipado con ruedas con bandas macizas de goma, al rodar por las calles de su ciudad, Dunlop se propuso acabar con este inconveniente, que resolvió finalmente inflando un tubo de caucho con una bomba de aire, sujetándolo con una llanta y protegiéndolo con unas tiras de lona. Saí nació en 1.888 el primer neumático comercial de la historia.
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