El 22 de julio de 1.962, el cohete espacial estadounidense Mariner I, que viajaba rumbo a Venus, hubo de ser destruido desde tierra al mostrar un desvío incorregible en su rumbo. Inmediatamente se abrió una investigación que llegó a la conclusión de que este desvío se había devido a un error en la programación de los ordenadores de a bordo, consistente en la omisión de un guión ortográfico en su programa de vuelo. Esta nimia omisión se calcula que supuso unos 18,5 millones de dólares de la época.
Una migaja de la época
ResponderEliminarjaja, siempr hubo manazas con los ordenadores.
ResponderEliminarAquí se puede aplicar muy bien el refrán (“Por un clavo se perdió un reino…”)
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