PAGINAS
▼
sábado, 24 de marzo de 2012
EL HORARIO DE VERANO
Algunas civilizaciones antiguas, como la egipcia, la romana y la mesopotámica, ajustaban los horarios al sol con mayor flexibilidad de lo que lo hace el horario de verano, normalmente dividiendo el tiempo de luz en doce horas de igual duración, por lo que las horas de luz eran más largas durante el verano.
Durante su servicio como enviado extranjero en Francia, Benjamin Franklin publicó anónimamente una carta en 1784 en la que declaraba que los parisinos ahorraban velas levantándose más temprano, empleando así más luz solar. Se publicó por primera vez en la sección "Économie" del diario Journal de Paris. La versión revisada en inglés recibe el nombre de «An Economical Project»,título que no le puso Franklin. La moderada sátira de Franklin proponía imponer un impuesto a las contraventanas, racionar las velas y despertar a los ciudadanos tañendo las campanas de las iglesias y disparando cañones al amanecer, de acuerdo con su proverbio: ("Temprano a la cama y temprano al despertarse vuelve al hombre saludable, rico y sabio.") Franklin no propuso cambiar el horario.
En 1905 el constructor inglés William Willett concibió el horario de verano durante un paseo a caballo previo al desayuno, cuando se sorprendió al pensar cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de verano. Muy aficionado al golf, le disgustaba acortar su recorrido en el crepúsculo. Dos años más tarde publicó su propuesta, pero su idea no se aplicó inmediatamente. Alemania, sus aliados, y sus zonas ocupadas fueron los primeros países europeos en emplear el horario de verano, que se aplicó por primera vez el 30 de abril de 1916. Reino Unido, la mayor parte del resto de los estados en guerra, y muchos países neutrales europeos les siguieron. Rusia y otros pocos países esperaron al año siguiente, y los Estados Unidos no lo emplearon hasta 1918. Desde entonces se han producido muchas propuestas, ajustes y revocaciones.
Le haremos caso a Franklin.
ResponderEliminarNo hay que pensar en Franklin, nuestro refranero dice: A quien madruga Dios ayuda, pero también dice: No por mucho madrugar amanece mas temprano
ResponderEliminar