miércoles, 21 de marzo de 2012

MIDAS


Midas fue un rey de Frigia que gobernó en el período entre el 740 a. C. y el 696 a. C., aproximadamente. Casado con una griega, fue el primer rey extranjero que mandó un regalo al santuario de Delfos. Probablemente, fue durante su reinado cuando Frigia adoptó el alfabeto griego.
La leyenda
Cuenta una vieja leyenda que Midas, rey de Asia Menor, impulsado por la codicia, rogó a Baco, dios del Vino:
—Deseo que se convierta en oro todo lo que toque.
El dios mitológico quiso darle una lección...
Y el avaro rey, impaciente por comprobar su deseo, tomó una delicada flor de vistosos colores y al punto ésta se convirtió en oro brillante. Se inclina a coger agua con el hueco de su mano y resbala convertida en pequeñas pepitas de oro. Toca los frutos que cuelgan de un árbol y se convierten en fantásticas formas auríferas. Y así también las piedras, los vestidos, los muebles; en fin, todo cuanto toca se convierte en oro. Se siente embriagado por la codicia.
Corre a los montes con el afán de saciar sus deseos y logra montones del precioso metal al contacto con las piedras, los árboles, los arroyos... Todo sufre un cambio y se convierte en oro.
Pero ¡ay!, más tarde, como si despertara de un sueño, tiene hambre y el sabroso pan se convierte en oro tiene sed y el agua es oro líquido al contacto con sus labios. Acongojado, se lleva las manos a la cabeza y contempla en el espejo sus cabellos convertidos en hebras doradas. También sufre su amada hija, la cual intencionalmente toca convirtiéndola en oro.
Midas ve cercana su muerte. Se agita, deplora su necedad por haberse hecho el esclavo del oro; se arrepiente e invoca al dios.
—Aprende la lección —dijo éste—. Y como condición para liberarte, ve a purificarte en el río Pactolo.
Así lo hizo. Desde entonces el río, seducido por el hechizo, arrastra pepitas de oro.

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