Hugo de Paganis y geodfroy de Saint-Omer, nobles y ex cruzados bajo Goffredo de Buglione, en vez de volver a Francia al servicio del conde de Champagne decidieron, "en pago de sus culpas", escoltar con sus armas a las caravanas de peregrinos que se dirigían a Jerusalén.
Tales dos se convirtieron en cinco, que luego fueron siete, y nueve... Poco después de la muerte de Goffredo de Buglione, ocurrida en 1.118, todos juraron"se tradere servitio Christi, dedicarse al servicio de Cristo, según el uso canónico, more canonicun, et stratas publicas custodire".
Balduino II, sucesor de Goffredo, les asignó alojamiento en un ala de su palacio construido sobre las ruinas del antiguo templo de Salomón, "de donde tomaron el nombre de templarios".
En 1. 128 eran únicamente nueve, al mando de una tropa auxiliar de unos trecientos voluntarios. Seis de ellos, guiados por Hugo de Paganis, se encaminaron desde Jerusalén hasta Troyes para exponer ante el concilio, expresamente convocado por el papa Honorio II, los principios que se habían fijado y las finalidades que se habían propuesto.
Los fundadores, que habían jurado ante el rey Balduino, habían hecho tres votos solemnes: de pobreza, de castidad y de obediencia. Cada uno de ellos tenía que tener la valentía de enfrentar al menos a tres enemigos a la vez, no tenía que reaccionar ante provocaciones de cristianos sino después de la tercera vez, no podía poseer más que el hábito y el arma,y, finalmente, debía compartir su caballo con un compañero. Su primer blasón o "sello", fue concretamente un palafrén con dos caballeros armados encima, signo de pobreza y hermandad.
Los primeros y genuinos templarios eran así. Soldadesca al servicio de la iglesia, que había dispensado a sus miembros de todo tributo, de cualquier obediencia a los soberanos y a los obispos, pero que se mostraban fidelísimos al papa. Gente de armas tomar más que de doctrina.
A finales del siglo XVIII, la orden del Templo contaba con 15.000 caballeros, poseía más de 9.000 castillos dispersos por toda Europa y el Asia Menor, y un capital en oro y piedras preciosas.
La Orden comprendía dieciséis provincias: Chipre, Portugal, Castilla, Aragón, Francia y Auvernia, Aquitania, Provenza, Inglaterra, Alta Alemania, Brandeburgo, Bohemia, Italia, Sicilia, Pulla, Hungría y Eslavia.