El científico hindú Chandra Bose, llevó a principios del siglo XX, espectaculares experimentos con un aparato de su propia invención, el crescógrafo, demostrando que las plantas tenían un sistema nervioso parecido al de los animales, y que los efectos de las hondas de radio mejoraban la salud y el crecimiento de las mismas.
El norteamericano Cleve Bakster, agente de la CIA, cuando aplicó el polígrafo o detector de mentiras conectado a algunas plantas a finales de los años sesenta para comprobar las reacciones de estás cuando eran quemadas en su presencia o ante los pensamientos negativos de las personas, hoy en día están consideradas como los primeros indicios de que las plantas podían sentir algo parecido al miedo.
Varios científicos obtuvieron parecidas conclusiones: las plantas son felices cuando se las riega, tienen miedo ante manifestaciones de violencia.
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