jueves, 9 de junio de 2011

ORÍGEN DE LA ASTROLOGÍA











Astrónomos estudiando un eclipse, pintura de 1571 de Antoine Caron.

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Los orígenes de la astrología se mezclan con los de la astronomía, ya que prácticamente todas las civilizaciones han acudido a los astros tratando de averiguar el destino de los seres humanos.
La astrología, tal y como la conocemos, nació en Babilonia hace más de 5 milenios. Se trataba de una mezcla de religión, ciencia y creencias. La parte científica estudiaba la evolución de los astros a lo largo del tiempo, y detectaba y determinaba la concurrencia de ciertos eventos. La parte religiosa intentaba determinar relaciones entre los eventos cósmicos y los sucesos terrenales como la caída de reyes o resultados de batallas.
La observación del cielo proporcionó grandes instrumentos de cálculo y las bases de la astronomía y astrología actual, de las que destaca el actual horóscopo, por otra parte ya desfasado puesto que las estrellas sí se mueven, aunque despacio, a lo largo del tiempo.
Otros pueblos desarrollaron su propia astrología, y aunque se combinaron durante toda la edad antigua conservaron sus diferencias. Los egipcios, por ejemplo, mejoraban la medición e incluían los ángulos relativos y no sólo las colisiones.
Después pasó a Grecia y Roma, con predominio del vocabulario claramente zoroástrico. En Grecia y Egipto empezó a nacer la astronomía como conocimiento puro separándose de las supersticiones. En Roma se empezó a denunciar tímidamente a la astrología como superchería.
Ptolomeo en su Almagesto recupera la división clásica zoroástrica dándole una precisión astronómica a la división del cielo en 12 sectores. En China, de manera independiente, se desarrolló también una astrología, similar en algunas cosas a la occidental y distinta en otras muchas.

En sus inicios, el cristianismo —sobre todo los Padres de la iglesia—, se dio cuenta de que la astrología contradecía la doctrina católica, pues de algún modo parecía contradecir el libre albedrío. La postura oficial de la Iglesia Católica fue la del rechazo y condenar a sus seguidores.
San Agustín condenó duramente la astrología, porque absolvía a los pecadores y le atribuía las culpas «al Creador y gobernante del cielo y las estrellas». Sin embargo, a pesar de las condenas oficiales, la astrología se conservó durante el oscurantismo de la Edad Media y con mejor suerte que el resto de tradiciones paganas, muchas de ellas realmente perseguidas bajo la acusación de brujería. Lo interesante es que muchos reyes católicos dentro de sus cortes, eran auxiliados por algún astrólogo, para la toma de decisiones.

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