viernes, 23 de septiembre de 2011

ROSALÍA DE CASTRO


Nació en la madrugada del 24 de febrero de 1837 en una casa localizada en el margen derecho del Camiño Novo, la antigua vía de entrada a la ciudad de Santiago de Compostela para todos aquellos viajeros procedentes de Pontevedra. Hija natural del sacerdote José Martínez Viojo (1798 - 1871) y María Teresa de la Cruz Castro y Abadía (1804 - 1862), una hidalga soltera de escasos recursos económicos, fue bautizada a las pocas horas de su nacimiento en la Capilla del Hospital Real por el presbítero José Vicente Varela y Montero, con los nombres de María Rosalía Rita y figurando como hija de padres desconocidos. Con frecuencia, los biógrafos de la escritora gallega han ocultado la condición eclesiástica de su padre, así como también trataron de obviar el hecho de que fue registrada como hija de padres desconocidos y que se libró de entrar en la Inclusa al hacerse cargo de ella su madrina María Francisca Martínez, fiel sirviente de la madre de la recién nacida.

Hasta cumplir los ocho años, Rosalía se encontró bajo la custodia de su tía paterna Teresa Martínez Viojo en la aldea de Castro de Ortoño, perteneciente al municipio coruñés de Ames. Es en esta época cuando la escritora toma conciencia de la dureza de la vida del labriego gallego, así como también será en esta parte de su vida cuando tenga conocimiento y vivencia del mundo rural propio de Galicia: la lengua, las costumbres, las creencias o las cantigas que tanto influyeron en su obra titulada Cantares Gallegos.

Posiblemente fue en Madrid, y no en el Liceo, donde Rosalía conoció a Manuel Murguía, con quien contrajo matrimonio el 10 de octubre de 1858 en la iglesia parroquial de San Ildefonso. Fue un amigo común el que posibilitó que ambos entablasen una relación que finalmente acabó en boda. Respecto de la relación que existió entre la pareja la crítica rosaliana sugiere diversas hipótesis, que van desde idílicos cuadros conyugales hasta posturas más que matizadas, que tomando como referencia escritos atribuidos a la poetisa, dibujan la psicología de una mujer solitaria, carente de felicidad y escéptica ante el amor.

Los últimos años de la vida de Rosalía transcurrieron en la comarca de Padrón, lugar en el que se había consumido su infancia, así como buena parte de su juventud. Rosalía nunca disfrutó de una buena salud, pareciendo predestinada desde su juventud a una muerte temprana. De hecho, en las pocas cartas que se conservan y que ésta envió a su marido, con frecuencia se alude a las continuas dolencias que la atenazaban. Falleció al mediodía del miércoles 15 de julio de 1885, en su casa de La Matanza.

En la actualidad, son varias las instituciones, designadas con el nombre de Rosalía de Castro, poniendo esto de manifiesto el arraigo social que tiene la figura de la poetisa. Numerosos parques, plazas y calles, asociaciones culturales, premios otorgados a personas íntimamente vinculadas a la lengua gallega y española, bibliotecas, agrupaciones folclóricas, coros musicales e incluso un vino con Denominación de Origen Rías Baixas. Sin embargo, resulta curioso que un avión de la compañía Iberia, así como una aeronave perteneciente a Salvamento Marítimo, hayan sido bautizados igual que la escritora.
Con la emisión del 23 de octubre de 1979 apareció el último de los billetes de 500 pesetas, puesto que este sería substituido en 1987 por monedas de igual valor. El billete se distinguía por presentar en el anverso el retrato de Rosalía de Castro, grabado por Pablo Sampedro Moledo, así como por mostrar en el reverso la Casa-Museo de Rosalía sita en Padrón y unos versos con la caligrafía de su autora, pertenecientes a la obra Follas Novas. De esta forma, Rosalía de Castro se convirtió junto con Isabel la Católica, en el único personaje femenino no alegórico retratado en el anverso de un billete propiamente español.

2 comentarios:

  1. Interesantísima biografía de la gran poetisa gallega.
    Oye, viendo sus orígenes, ¿sería ella la que inventó eso de "nunca digas de este agua no beberé ni este cura no es mi padre"?
    Un abrazo

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