Desde hace siglos, los médicos escuchan los latidos del corazón para detectar los síntomas de las enfermedades, por eso el médico tenía poe costumbre pegar el oído a la caja torácica del enfermo. Debido a la extrema corpulencia de una de sus pacientes, el médico francés René Laennec no conseguía oír nada, de modo que enrolló una hoja de papel en forma de tubo, inventando así el estetoscopio, un aparato que ha pasado a ser el emblema de todo el cuerpo médico. Laennec no se olvidó del tubo de papel enrollado, sino que siguió trabajando durante los años posteriores hasta desarrollar, en 1.826, un estetoscopio en toda regla.
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