lunes, 22 de abril de 2013
LOS CUBIERTOS Y LA ETIQUETA EN LA COMIDA MEDIEVAL
La comida medieval era ingerida principalmente por ayuda de cucharas estando la otra mano sin otro cubierto. Se empleaba el cuchillo en la mesa, pero generalmente no se incluía con el plato ya que se esperaba que cada uno de los comensales llevara consigo uno. Posteriormente el cuchillo fue incluido por los hospedadores como signo de distinción a los invitados de alto rango. Antes de la comida y tras el transcurso de la misma se ofrecía a los asistentes palanganas con agua y unas toallas para que se adecentaran la cara y las manos, limpiándolas.
La práctica más habitual era compartir las copas y recipientes donde se bebía, esta práctica era muy común en los banquetes y era considerado un privilegio de gran etiqueta, así como partir el pan o remover en la fuente central de carne ubicado en el centro de la mesa para ofrecer un pedazo al comensal vecino. La naturaleza jerárquica de la sociedad medieval reforzó estas costumbres de etiqueta donde los asistentes de baja posición ayudan en la mesa a los de rango superior, los jóvenes a los mayores, los hombres a las mujeres. Generalmente, los banquetes y las comidas colectivas eran considerados masculinos. Se consideraba algo poco común llevar a su propia mujer a estas fiestas. Los códigos sociales de aquella época hacían difícil para una mujer mantener los estereotipos de permanecer bella, delicada e inmaculada durante el transcurso de una fiesta suntuosa, la mujer del hospedador del banquete comía a menudo en un recinto separado. Pudiendo unirse al banquete cuando ya estaba a su final y los negocios ya se habían tratado.
El tenedor para comer no era muy empleado en la Europa medieval y no se extendió su uso hasta la era moderna. En sus inicios sólo era común su empleo en Italia, debido en gran medida a que se empleaba en la pasta. Aun así hasta el siglo XIV que el tenedor no fue común en todas las clases sociales. El cambio en las actitudes ante la mesa pueden verse ilustradas en las reacciones que causó en la época del Bizantina la princesa Theodora Doukaina que en siglo XI y siendo la futura esposa del Dogo de Venecia, Domenico Selvo, llegó a causar considerable consternación entre los asistentes venecianos debido a que la consorte extranjera se hacía cortar los alimentos por un esclavo eunuco y les servían las piezas en un tenedor dorado.
Fuente Wikipedia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Interesante
ResponderEliminarMe llamó la atención lo de las comidas de los espartanos. Eran exclusivamente masculinas y mediante ellas se reforzaban los vínculos de compañerismo militar. Y las hacían todos los días. Supongo que a las ,ujeres les tocaría cocinar aquellas "sopas negras" espartanas. En fin, no les daría mucho trabajo.
ResponderEliminar