Una actriz, amante casual de Napoleón Bonaparte, vio en la habitación de éste un retrato suyo en un marco de diamantes. Codiciosa le dijo:
-Me gustaría tener un retrato de mi emperador.
-Pues es fácil - respondió Napoleón sacando del bolsillo de su casaca una moneda de cinco francos-, toma éste que es el que más se me parece.
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