Existió un personaje real que inspiró la leyenda de Santa Claus o Papá Noel, fue un obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás de Bari. Cuentan que era un hombre muy bondadoso, y que además sentía una inclinación especial por ayudar a los niños. La historia que le valió su fama de repartidor de regalos tiene que ver con un hombre pobre y sus tres hijas. Las tres muchachas carecían de la dote necesaria para casarse y parecían condenadas a quedarse solteras. Cuentan que al enterarse de esto, el obispo Nicolás se deslizó en secreto por una ventana de la casa y colocó una bolsa de oro en cada uno de los calcetines de las chicas. Éstos estaban colgados sobre la chimenea para secarse.
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